“Amontonó todos sus miedos y sus frustraciones y los convirtió en una bola sin palabras”.
Este libro nos conduce de regreso a Zombay, el país imaginario creado por el escritor William Alexander en El secreto de los duendes. Ahora nos encontramos con una valiente chica llamada Kaile, quien sueña con dedicarse a la música. Un día sus sueños parecen volverse realidad cuando un duende le regala una flauta tallada en un hueso. Sin embargo, al tocarla ocurre algo terrible: Kailie pierde su sombra.
El problema es que en este reino fantástico, cualquiera que se separe de su sombra se considera muerto. Ello a pesar de que siga moviéndose y respirando. Esta chica deberá no sólo encontrar la fórmula que le permita ser como era antes, sino también hallar la melodía que le permita salvar a su pueblo de una inundación que amenaza con destruirlo todo.
Les voy a dejar claro que este libro no es una secuela de “Los Secretos de los Duendes”. Es otra historia, sólo está ambientada en el mismo lugar y también hay duendes pero nada más. La portada del libro está genial ya que muestra los principales elementos de la historia: la pequeña protagonista corriendo asustada llevando consigo la flauta de hueso y su sombra perdida siendo perseguida por una espeluznante mano…
“Una Canción Macabra” es un excelente libro infantil (para un público de entre 7 y 12 años) que los pequeños lectores van a disfrutar por completo, el autor, William Alexander, creó una atmósfera impecable en una ciudad donde los duendes caminan por las calles y las brujas realizan hechizos. Es una historia familiar con tintes de suspense y misterio, ideal para las noches antes de dormir. Además resalta algunos valores que servirán de inspiración a los lectores.
No tenía demasiadas expectativas sobre este libro, mientras la historia fue avanzando logró atraparme por completo ya que los personajes están muy bien definidos. Me gustó como Kaile se enfrenta a vampiros, zombies y la valentía de esta pequeña, no sólo para salvarse a si misma, sino a todo su pueblo.
Otro aspecto que me llamó la atención fue que la música se vuelve fundamental para el desarrollo de la trama (por cierto, cada capítulo se divide en estrofas) aunque batallé un poco para darle voz y encontrar el tono adecuado pero ese “detalle” hizo entretenida la lectura.
Para concluir, es un libro que se lee rápido, tan sólo tiene 195 páginas, en un abrir y cerrar de ojos lo habrás terminado. Lo menciono nuevamente, si deseas que tus primos, hijos o sobrinos se interesen en la lectura, “Una Canción Macabra” es una excelente opción, si bien no es tan aterrador como parece si es un gran viaje a la fantasía y al desarrollo de la imaginación.
Aségurate de tener tu sombra al terminar de leer…Gracias a la editorial Oceano por el envío de este ejemplar.