“Doy la impresión de ser un imbécil. Nunca he tenido un trabajo de verdad ni he criado a un hijo, ni siquiera he ido a la universidad. Sólo me he cogido a una chica” – Sam Munson
Addison Schacht tiene mucho de qué preocuparse en su último año de preparatoria. Cosas del día a día, tales como ir a la escuela, menudear droga a sus compañeros de clase y entender qué diablos quiere en la vida Phoebe, su mejor amiga (ojo, sólo es su amiga). El verano está próximo y la fecha de entrega para el ensayo de aptitudes que debe remitir a la Universidad de Chicago está ya próxima. Pero ¿cómo poner atención a tan irrelevante tarea cuando uno de sus compañeros, Kevin Broadus, ha muerto víctima de un aparentemente absurdo tiroteo? Addison utiliza entonces el pretexto del ensayo para regalarnos el presente libro, una obsesiva búsqueda del culpable y de justicia que es, a la vez, un entrañable chapuzón directo a la psique del postadolescente moderno.
En la solapa del libro leí que la adaptación cinematográfica de esta novela estaba en proceso de filmarse, después escuché que muy pronto iba a ser estrenada en las salas de cine de todo el mundo, por lo tanto quise leer el libro antes de ver la película; lo tuve un par de meses entre mis pendientes hasta que me di el tiempo de leerlo. Se trata de una novela de corte juvenil-adulto un tanto compleja, retrata de manera perfecta a la juventud estadounidense, aunque cualquier adolescente del mundo se podría sentir identificado con alguno de los personajes principales o secundarios de esta historia escrita por Sam Munson, que por cierto, es su debut como novelista.
Disfruté este libro porque debido a mi trabajo como docente suelo estar rodeado de adolescentes, si bien no tienen las mismas conductas de Addisson, uno que otro va rumbo a convertirse en él, adoptando posturas de rebeldía y arrogancia. Algunos no saben qué es lo que quieren lograr con su vida, ni tienen claras sus metas; pierden el tiempo en redes sociales, dejando a un lado su gran potencial académico, sus aptitudes y su posible brillante futuro. Tal parece que ser narcotraficante es el oficio que muchos desean conseguir…
Addisson, el personaje principal, me ha caído bien, ya que al igual que yo es un tanto sarcástico, aunque lamentablemente no ha tomado las mejores decisiones y esto lo ha orillado a involucrarse con personas que no le aportan nada positivo a su vida; me gustó el realismo con el que está escrito y la facilidad con la que lo podemos asociar con otros individuos.
Hay un capítulo que me pareció muy triste, el VII para ser exacto, donde Addisson nos platica sobre la muerte de su madre. Nuevamente contrasté la historia ficticia con algún par de anécdotas reales, muchos jóvenes pierden el sentido y el camino con este tipo de ausencias; no se justifican sus acciones, pero se pueden llegar a comprender.
El lenguaje que se maneja en la novela es demasiado coloquial y callejero, al menos en la traducción incluyeron palabras conocidas en México, estamos acostumbrados a que por lo general sean expresiones españolas, encontrar términos como ‘güey’ fue algo diferente, aunque honestamente no lograba imaginar a los personajes hablando de esa forma.
Sexo, drogas, diversión, muerte y misterio hacen que esta novela sea especial, la pluma de Sam Munson es realmente increíble, su narrativa nos sumerge por completo en la mente de los protagonistas, hace tiempo que no leía una novela que me hiciera pensar y reflexionar más allá de las líneas, definitivamente un libro que tienes que leer.
Gracias a la editorial Océano por el envío de este ejemplar.