“Y entonces los dos niños se estrecharon la mano y se sonrieron. Era la primera vez que se tocaban” – John Boyne
Aunque el uso habitual de un texto como éste es describir las características de la obra, por una vez nos tomaremos la libertad de hacer una excepción a la norma establecida. No sólo porque el libro que tienes en tus manos es muy difícil de definir, sino porque estamos convencidos de que explicar su contenido estropearía la experiencia de la lectura. Creemos que es importante empezar esta novela sin saber de qué trata. No obstante, si decides embarcarte en la aventura, debes saber que acompañarás a Bruno, un niño de nueve años, cuando se muda con su familia a una casa junto a una cerca. Cercas como ésa existen en muchos sitios del mundo, sólo deseamos que no te encuentres nunca con una. Por último, cabe aclarar que este libro no es sólo para adultos; también lo pueden leer, y sería recomendable que lo hicieran, niños a partir de los trece años de edad.
Hace muchos años ví la adaptación cinematográfica de este libro, la verdad no la recordaba muy bien así que una vez que finalicé la lectura volví a ver la película. La historia es poco más cruda y omite ciertos detalles que tal vez parezcan relevantes para el lector. Ambas logran llegar al corazón de quien decida sumergirse en esta obra sin importar el formato que elija, el sentimiento al final es el mismo.
A estas alturas supongo que la mayoría conoce la historia de este libro al igual que su temática. No voy a entrar en muchos detalles puesto que la misma sinopsis de la novela no ofrece mucha información al respecto y no les quiero arruinar el libro. Sólo mencionaré que es una de las historias más bonitas que he leído donde la amistad entre dos pequeños amigos no conoce de fronteras, guerras y mucho menos, de odio.
Bruno me ha parecido un personaje muy tierno e inocente, su manera de ver el mundo te hará recordar tu infancia y te transportará de manera inmediata a aquellos años en que solamente querías jugar con tus amigos y ser feliz.
La pluma de Boyne es mágica, me hizo conectar de manera inmediata con todos los personajes, en especial con Bruno y Schmuel. La lectura además de conmovedora es ágil y profunda, sobretodo por el contexto en el que está situada la historia. El final es uno de los más impactantes que he leído. Un libro digno de ser leído por chicos y grandes para que como lo dice el autor en su última página ‘esto no vuelva a pasar, nunca más’. Recomendado.