“Básicamente, los puentes peatonales están de adorno y nos cuestan a todos. Como los diputados plurinominales” – Los Supercívicos
Nomás tantito… pus sólo es una colilla
Nomás tantito… qué tanto es un chicle
Nomás tantito…
Esa expresión que los mexicanos utilizamos para salirnos por la tangente y justificar cuando no hacemos las cosas de la manera correcta porque es más cómodo.
En nuestras aventuras callejeras, con las que buscamos encender una pequeña chispa de conciencia, descubrimos la conflictiva fauna urbana en la que nos convertimos cuando esta actitud, multiplicadas por millones, nos arrastra a una espiral de malas decisiones que termina siendo sumamente nociva para nuestra convivencia diaria. Sí, un ¡CHALE!
Este es un libro es un pequeño esfuerzo para compartirles nuestro “visor” social y así invitarlos al mundo Supercívico para entender que no vivimos solos, que si todos pensamos un poquito en el de al lado, ese poquito por millones logrará que nuestra bonita convivencia sea, por fin, bonita.
Una vez inmersos en el mundo Supercívico, les costará mucho más trabajo caer al lado oscuro.
Excelente, este pequeño libro es un excelente manual que todo mexicano debería tener en su casa para leerlo y compartirlo con amigos, familiares, parientes, vecinos, hijos y hasta con los desconocidos. A manera de cómic-historieta y con un lenguaje muy coloquial los supercívicos se encargan de darnos una serie de consejos y recomendaciones que deberíamos llevar a cabo lo más pronto posible y no sólo en la Ciudad de México sino en todo el país porque nos hace falta muchísima cultura en la mayoría de temáticas que se abordan en el ejemplar.
Me gustó mucho la portada del libro porque engloba a toda la población, cualquier ser humano se podrá sentir identificado con las situaciones que se presentan sin importar la edad, profesión o nivel socioeconómico; si queremos, todos podemos formar parte de una sociedad civilizada y respetuosa.
A muchos tal vez no les guste la lectura porque “sin querer queriendo” la mayoría saldrá regañado, por ejemplo, todos aquellos fumadores, que además de contaminar el ambiente hacen lo mismo con el agua y para colmo tiran las colillas de sus cigarros por doquier. En el libro conocerán los beneficios de dejar este terrible hábito, sus pulmones estarán limpios y su calidad de vida aumentará.
Otro punto que me llamó muchísimo la atención y es algo que siempre que puedo lo menciono es sobre el uso de los puentes peatonales, solamente un 50% de la población los utiliza, ¡no puede ser posible! En lo personal me da mucho coraje ver a personas que no valoran su vida y se exponen a morir atropellados, lo peor es que no piensan en el daño que le hacen al conductor, el libro lo maneja como un mito pero me ha tocado ver que es toda una realidad; a la gente le da flojera subir las escaleras o caminar unos metros, corren entre los carros como si fueran de plástico sin importarles que tal acción termine en tragedia y arruine la vida de otra persona. La infraestructura de los mismos tampoco es la mejor, ya que en ocasiones han olvidado a las personas que utilizan sillas de ruedas para desplazarse por la ciudad (aplica a casi todas las del país) a ancianos y mujeres embarazadas. También es cierto que algunos puentes suelen ser puntos de reunión de los “malandros” quienes aprovechan estos espacios para asaltar o cometer otro tipo de delitos ya que no hay suficiente vigilancia en estos lugares, como todo, tiene sus pros y contras, pero hay que utilizarlos, no son adornos.
Lo que más me ha gustado es que es un libro que se preocupa por el medio ambiente, que nos invita a reflexionar y a tomar conciencia porque poco a poco estámos acabando con el planeta (y si lo pensamos, también con nosotros mismos) contaminamos y dañamos nuestro entorno sin saber, aunque no dudo que hayan personas que actúen con toda la intención de perjudicar, como esos que suelen tirar basura en cada sitio que pisan.
El humor no ha quedado fuera de las páginas del libro, al contrario, hay varios chistes demasiado graciosos que hacen que la lectura resulte mucho más amena y divertida, entre que te regaña y bromea contigo, de esa manera no te sentirás tan mal, así que cuida el agua y no uses tanto papel higiénico.
Al final se incluyen unas viñetas en blanco para que el lector plasme con su puño y letra sus propias ilistraciones y textos, es decir, sus “nomás tantito” lo cual hace la experiencia mucho más enriquecedora.
Dejemos los pretextos de lado y empecemos a ser unos ciudadanos ejemplares. Muchas gracias a la editorial Sélector por el envío de este libro.