Les voy a platicar un poco, en el 2002, el autor de este libro, Don Miguel Ruiz, sufrió un ataque al corazón que casi termina con su vida. Estuvo en coma durante 9 semanas y lo que experimentó mientras se encontraba suspendido entre este mundo y el siguiente ha quedado plasmado en este libro, el cual nos ofrece una gran enseñanza: la muerte es sólo una transición.
La muerte es lo único seguro que tenemos en la vida, tarde o temprano todos nos vamos a morir. Nos guste o no, llegará el momento de despedirnos de todo y de todos para siempre; debemos estar preparados y aceptar el hecho de que esto algún día sucederá. Quien no lo pueda asimilar vivirá en un gran conflicto. Y es que nos cuesta trabajo enfrentar esta terrible verdad, nos resulta trágico el no volver a compartir con nuestros seres amados, queremos que nuestros padres o hijos sean eternos o se nos parecen pocos los años que pudimos disfrutar en la tierra…
Este es el segundo libro que leo de Don Miguel Ruiz y nuevamente me llevo un gran aprendizaje. La felicidad no es una opción. Mientras sigamos vivos, tenemos la capacidad de realizar los cambios necesarios en nuestro entorno para vivir con plenitud el tiempo que nos resta en este mundo. Vale la pena leerlo y reescribir nuestra propia historia.
El arte tolteca de la vida y la muerte invita a los lectores a la mente de un maestro espiritual, ofreciendo una visión íntima e incomparable de su propia evolución. En esta novela autobiográfica, Don Miguel Ruiz comparte con nosotros las creaciones más recónditas de su mente y corazón, y nos permite una comprensión más profunda de las habilidades de los toltecas ancestrales sobre la consciencia y la transformación.
Gracias a la editorial Harper Collins México por el envío de este ejemplar.